Mi deseo sexual con parálisis cerebral, no es distinto a los demás, de llegar, llega, esa necesidad humana. Como todos tenemos la necesidad de ver, tocar, conocer, nuestro cuerpo desnudo, la masturbación no es mala, es el proceso habitual, en los inicios del despertar sexual. Yo con 18 años inicie, me gusto también.
Yo experimente, continué con esos inicios... pero mi cuerpo necesitaba más que un toqueteo habitual. Esos inicios quedaban atrás, necesitaba ver, estar, tocar, abrazar, besar a un hombre, conocer los limites de mi sexualidad... No era un antojo o capricho, era una necesidad corporal, no se podía ignorar... por eso sin decir nada, viaje, para tener mi primera experiencia sexual.
Pero realmente empece a conocer los limites de mi sexualidad de mi parálisis cerebral, cuando tuve a mi pareja, el poco acostumbrado a la discapacidad, era una novedad, ni yo misma sabía asta donde podía llegar mi sexualidad.
Nuestra satisfacción sexual inicio con desnudos, besos, caricias, abrazos, hay tantas zonas erógenas en nuestro cuerpo, no solo nuestro pene o vagina... El sexo oral era protagonista, yo a él, él a mi... Toda una delicia. Intentemos ir a más, llegar a penetrar, convertirnos en uno, llegar al final. No hubo manera, la estrachez de mi vagina, el dolor de mis caderas, hacía imposible esa carrera.
Un día por error, intentando volver a intentar, se equivocó, me la introdujo por atrás, entró... no sentí placer, pero tampoco dolor... de esa manera, compensaba un poco a mi pareja, que desde que estaba conmigo su acto sexual había echo un giro de ciento ochenta grados...
Mi deseo sexual, no ha sido nunca muy activo, pero desde hace una temporada, ha despertado, poco a poco hemos logrado, lo que un principio parecía imposible, hemos logrado penetrar, no por atrás, sino por delante... ¡Sin dolor! ¿Placer? No al 100 % pero si más que el ayer... y mañana más que hoy...
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